Capítulo 74. Un hombre enfermo.
Liam, con Emma y los gemelos, tomaron un avión rumbo a Seattle acompañados por uno de los guardaespaldas. Al llegar alquilaron un auto tipo vans y fueron a la casa de los Bowen.
Lo primero que Emma notó al llegar fue que la puerta de entrada había sido cambiada y además, sus padres instalaron una reja de seguridad adicional.
—Qué extraño. Esto no estaba así antes —expresó ella antes de tocar el timbre.
Liam apretó el ceño y, antes de seguirla, le pidió al guardaespaldas que se mantuviese en alerta.
Gisela, la madre de Emma, una mujer bajita, delgada y de cabellos cortos, los recibió con una sonrisa de asombro.
—¡Hola, yo soy Matt! —se presentó uno de los gemelos apenas la mujer asomó la cabeza a la calle y extendió hacia ella un ramo de flores que habían comprado en el aeropuerto.
—¡Y yo soy Lucas! —informó el otro entregándole una caja de chocolates.
Gisela estiró su rostro en una sonrisa ancha y los abrazó a ambos como si fuesen dos peluches.
—Pero, ¡qué preciosos! Estos niños son a