C57: Magalí es tu prometida, debes darle su lugar y respetarla.
Kisa permaneció callada, completamente aturdida por lo que acababa de escuchar. No podía dar crédito a lo que estaba sucediendo. Su mente intentaba procesar las palabras de Regina, pero la incredulidad y la indignación la mantenían congelada en el lugar.
Regina, al ver que Kisa no respondía ni se movía, chasqueó los dedos con desprecio, como si intentara ahuyentar a un animal.
—¿No me oíste, chiquilla? ¡Lárgate de esta casa! —ordenó con autoridad y arrogancia.
Kisa, aunque todavía confundida, dio un paso hacia adelante, adoptando una postura inquebrantable.
—No me voy a ir.
Regina arqueó una ceja, sorprendida por la audacia de la joven.
—¿Cómo te atreves? —reprochó Regina, con los ojos entrecerrados.
Kisa respiró hondo y continuó, con la mirada incrustada en la mujer frente a ella.
—Fui contratada por el señor Fankhauser —expuso con seguridad—. Él mismo me trajo a esta casa y me dio este empleo. Por lo tanto, él es el único que puede despedirme. No me iré a menos que él me lo diga pe