C176: No voy a dejar que ella destruya lo que tenemos.
Finalmente, Kisa se giró en sus brazos, buscando su rostro. Miró a Royal a los ojos, esos ojos intensos que siempre parecían contemplarla con adoración. Y, sin decir nada, lo abrazó con fuerza, con la necesidad de aferrarse a él, de disipar cualquier duda que pudiera quedar en el aire.
Royal no dudó ni un segundo en corresponderle. La estrechó contra su pecho con firmeza, deslizando una de sus manos por su espalda, como si quisiera grabar con su tacto la certeza de que nunca la dejaría ir.
—No quiero estar mal contigo, Royal —susurró Kisa contra su cuello, con la voz colmada de sentimiento—. De verdad que no quiero.
Se separó apenas lo suficiente para mirarlo a la cara, para que él pudiera ver la sinceridad en sus pupilas.
—Por supuesto que dormiremos juntos. Lo que pasó… no fue tu culpa —agregó ella.
Royal quiso hablar, pero ella negó suavemente con la cabeza, deteniéndolo.
—Sí… esa imagen aún está en mi mente, y me molesta. Pero eso no significa que esté enojada contigo —tomó su ros