A MERCED DEL DINERO. C268: Siempre eres tan amable.
Durante el transcurso de la reunión, uno de los ejecutivos sugirió hacer una breve pausa. Algunos se levantaron para estirarse, otros aprovecharon para salir a tomar aire o servirse algo de beber. Marfil, por su parte, necesitaba urgentemente una dosis de cafeína. Sentía la mente agitada, el pecho le latía con más fuerza de lo habitual y, aunque intentaba mantener la compostura, la tensión emocional la estaba alcanzando.
Sin decir nada a nadie, salió de la sala de reuniones y se dirigió hacia la cafetería de la empresa. El espacio estaba casi vacío, silencioso, con el murmullo lejano de voces en otras áreas. Se acercó al pequeño mostrador donde estaban dispuestas las tazas, las cápsulas de café, el termo con agua caliente y los recipientes con leche.
Tomó una taza entre las manos, pero en lugar de comenzar a servirse, simplemente se quedó mirándola. Sus dedos rodeaban la porcelana sin ejercer presión, mientras su mirada vagaba, difusa, perdida entre los objetos que tenía frente a ella