A MERCED DEL DINERO. C163: No tienes lugar entre nosotros.
Marfil se irguió, no para desafiar, sino para dejar claro que no se arrodillaría ante nadie.
—Royal eligió. Eligió a mi hermana, sabiendo exactamente quién era. Y al hacerlo, también se dio cuenta de que vale más que muchas mujeres que usted considera "a la altura" solo por llevar un apellido o nacer en una cuna dorada. La señora Regina, con el tiempo, también lo entendió. Porque cuando se ama de verdad, uno aprende a ver lo esencial. Y si usted realmente quisiera que su hijo fuera feliz, lo apoyaría para que estuviera con la mujer que ama.
Mariela la miró como si cada palabra le hubiera rozado la piel sin herirla, como si nada pudiera penetrar esa capa gruesa de orgullo que la envolvía desde siempre. Esperó pacientemente a que terminara, sin interrumpirla, pero con cada segundo, sus ojos se llenaban de aversión.
—Es precisamente por la felicidad de mi hijo que no quiero que alguien como tú se le acerque —aseveró—. Eres una atrevida. Solo con escucharte hablar puedo darme cuenta de la