Deseaba calmarme, pero, sentía como si hubiese estado buscando una salida a mi vida agitada y esta me apareciera con un cartel sin salida. ¿Cómo puede afectarme tanto la muerte de alguien que no llegué a conocer?
No lo sé, pero, duele. La calma que tanto me había costado conseguir estas semanas, la preocupación por el secuestro en el que había intentado no pensar y controlar, golpeaba con fuerzas mientras el dolor de haber perdido a mi hijo, se acentúa en cada fibra de mi cuerpo.
— Charlotte, necesitas calmarte, por favor.
— ¿Por qué? ¿Por qué su sangre era demasiado para mí si él es… era el padre de mi bebé? — pregunto en un hilo de voz.
— Es…
— Es suficiente, necesitas calmarte un poco, antes de pedir más respuestas — dice Carlos.
— ¡¿Cómo demonios voy a calmarme si acabo de saber que estaba embarazada y solo supe ello para descubrir que perdí a mi bebé?! — grito enojada.
— Fue un error decirle ello. — dice Bratt mortificado.
— No, ella debía saberlo. — dice Carlos, mientras camino