67. ¡VAN A MATARLOS!
La cabaña a la que habían llegado no parecía en absoluto un lugar abandonado, eso fue lo primero que pensó Sofía cuando el auto aparcó en la entrada y lo confirmó cuando puso sus pies en el interior dejando salir una exclamación ahogada.
Gabriel le había dicho que desde que su abuela le heredó la cabaña no había podido disfrutar de esta, pero al parecer omitió mencionar que si se encargaba de dejarla en perfecto estado. El lugar no era demasiado grande, una estructura de madera de dos plantas acogedora y en muy buen estado. Lo cuál hizo que para ella fuera incluso mejor que la mansión.
—De no ser por las circunstancias, este podría ser mi lugar preferido—dijo en voz alta sin hablarle a nadie en particular.
Sin embargo, la voz de Blake hizo eco de la suya cuando le contestó:
—Gabriel pensaba lo mismo, y esperaba vivir aquí luego de la guerra, nunca pensó que él tendría que tomar el mando.
—Sin embargo, fue una bendición que lo hiciera— esa vez fue Sven quien habló y ella lo vio co