— Mi vida tienes que prometerme, no hacer nada loco así... nos puede traer muchos problemas— le digo a mi esposo mientras nos preparamos para una cena en casa de los Pascals. Falta un par de semanas para que comiencen las fiestas navideñas y los Pascals parecen tomárselo muy en serio.
Va a ser mi primer evento luego de todo lo ocurrido y de nuestro viaje. Debía decir que estaba tan nerviosa como emocionada. Lo que había pasado en los últimos días había sido una locura, y ya básicamente me conformaba con tener una noche de hablar de cosas médicas y otros temas con gente que por lo menos nos apreciaba y nos quería juntos.
Las palabras de Hans rebotaban en mi cabeza con dolor. No solo no había sido bien recibida en la familia, sino que además de eso,