—Hoy se presenta tu nuevo doctor e iniciaremos con los preparativos del viaje.
Sabrina lo mira confundida. —¿De verdad quieres esto para ti? Te recuerdo que eres joven y no es tu carga.
—No serás una carga. Eres y serás mi amor, y si estoy aquí es por qué estoy seguro y convencido de lo que quiero, y lo que quiero, eres tú.
—¡No lo sé Daniel!
—¿Qué no sabes? ¿No sabes lo que sientes y quieres?
—No quiero sufrir, no quiero ser más una carga.
—¿No estás segura de permanecer a mi lado y que sanemos juntos?
—¿De dónde salió ese amor? —le pregunta en forma de reproche y sacando de adentro todo lo que estaba sintiendo en ese momento.
—De aquí —le responde después de llevar la mano de ella a su pecho. —Todo lo que viví contigo fue lo que me trajo hasta aquí. No te niego que peleé en contra de los sentimientos, pero perdí, perdí y me di cuenta de que te necesito en mi vida.
—Tengo miedo. —expresó llorando. Él la llevó a su pecho. —Tengo miedo de que no sea una buena decisión.
—No nos debemos