Capítulo 8 ¿Cómo pudiste?
Eleonor aceptó que el chofer la trasladara. Tenía que llegar a casa de su madre. Ver que estaba ocurriendo. Aún estaba preocupada por su padre y no perdería el tiempo buscando un taxi. Aparte de que en realidad no se sentía muy bien.
El automóvil se detuvo.
Antes de poner el automóvil en movimiento, le había dado la dirección de la casa de su madre al chofer.
Al bajar del automóvil, otro vehículo iba llegando. Eleonor reconoció a su hermana.
Cristina se quedó viendo con asombro el automóvil de lujo de donde salía Eleonor. Se moría de curiosidad.
— ¿Qué hace ella bajando de un automóvil tan lujoso? ¿En qué andará esa cochina gorda?
Ambas se encontraron en la puerta de entrada y Cristina no pudo evitar preguntar:
— ¿Eleonor, quién te trajo? ¿Dónde está tu carcacha?
Eleonor no estaba de humor para sus ironías, así que se encogió de hombros y avanzó sin prestarle atención. Abrió la puerta y en el salón encontró a su madre inquieta, caminando de un lado a