En un mundo donde tener unas curvas pronunciadas es sinónimo de obesidad, Eleonor Rossi vive con el constante hostigamiento de su madre y hermana por su figura, pero trata de que los desprecios de los demás no la afecte, está enamorada y su gran amor la hace feliz. Durante dos años, Eleonor vivió a escondidas, siendo la amante de un hombre al que entregó su corazón ciegamente. Ella alimenta la ilusión de que, un día, él la sacaría de las sombras y la convertiría en su todo. Pero esa fantasía se desmorona cruelmente cuando descubre que él está por casarse… con otra. Y lo peor: le ofrece continuar siendo su secreto mejor guardado. Humillada y rota, Eleonor siente que su mundo se derrumba. Las inseguridades que han sido sembradas por su familia y su propio amante por su físico resurgen con más fuerza que nunca, recordándole que, para algunas personas, ella nunca será suficiente. Es entonces cuando aparece Luca: un hombre marcado por el abandono y atrapado en un matrimonio sin amor, atado a una mujer manipuladora que lo chantajea con lo que más ama: su hija. Luca no busca redención. Solo venganza. Y Eleonor… podría ser su arma perfecta. Pero lo que comienza como una alianza bajo intereses ocultos, pronto se convierte en una conexión intensa, peligrosa, imposible de ignorar. Ambos tienen heridas abiertas. Los dos han sido utilizados. Ambos están cansados de sufrir. Pero en un juego donde el amor se mezcla con la traición, y el deseo con la culpa… ¿Es posible construir algo real sobre las ruinas del pasado? ¿Podrán Eleonor y Luca superar sus problemas personales, construir una relación auténtica? ¿Hay espacio en la vida de Luca para una amante curvy despreciada que lucha día a día con sus propias inseguridades?
Leer másCapítulo 76 Una relación nada sencillaEn la Textilera Rossi, Luca dio otro paso hacia el escritorio. Se cruzó de brazos, su imponente figura dominando el espacio.—Alfonso, ¿te aclaro que la única salida que hay para sacar a la empresa del hueco en que se encuentra es invertir dinero? Es lo que antes quise hacer y no se concretó —aclaró Luca, con una voz baja y peligrosa que ignoró por completo la presencia de Alfonso—. ¿Qué has decidido, Eleonor?Eleonor sintió un pinchazo de preocupación.—Hay algo de cierto en lo que Cristina dijo. Yo hasta ahora no tenía un cargo específico en la empresa. Incluso no sabía nada de la misma. No la he frecuentado desde que me gradué en Diseño.—Eso no te ha impedido estar aquí enfrentando la situación—replicó Luca, con sarcasmo y un dejo de admiración.—Es mi empresa, mi familia, y aunque estoy clara de las debilidades tanto de mi familia como de la empresa… no quiero deberte más de lo que ya te debo.— ¿Y qué harás entonces? ¿Dejar que se hunda? ¿D
Capítulo 75 Soy la GerenteEl silencio en la oficina se hizo denso, cargado con la tensión que Luca había traído consigo. Eleonor se irguió de golpe, su rostro una mezcla de sorpresa, vergüenza y una creciente irritación. Alfonso Medina, por su parte, se enderezó con una calma imperturbable, su expresión profesional sin alterarse, aunque sus ojos no perdían detalle de la dramática entrada de Luca.— ¡Luca! —exclamó Eleonor, en un tono de reproche e incredulidad. No sabía por qué pronunció esas palabras, pero su corazón latía a mil por hora desde que lo vio y escuchó.Luca ignoró a Eleonor y a Cristina por un momento, sus ojos estaban fijos en Alfonso, una mirada de desafío abierto. Luego, su atención se desvió hacia Cristina, quien lo miraba con una fascinación descarada.Alfonso Medina, por su parte, se enderezó con una calma imperturbable, su expresión profesional sin alterarse, aunque sus ojos no perdían detalle de la dramática entrada de Luca.Cristina palideció, nunca le había gu
Capítulo 74 CelosEleonor sintió un calor subir por su cuello. La interrupción de Cristina no solo era inoportuna, sino que la ponía en una situación incómoda frente a Alfonso.Su hermana, era una coqueta innata y la frialdad de Alfonso Medina no la detendría. Ahora entendía la advertencia de Luca.En medio de sus problemas, Eleonor no había visto bien al hombre. Era sumamente atractivo. De la misma estatura de Luca, alto y con un físico musculoso y atlético, sus rasgos impresionantes enmarcados por unos ojos de una mirada intensa y cautivadora, escondidos detrás de unos lentes que, en ese momento, estaba posada en ella y la hacía sentir… femenina, nerviosa.Su mirada se detuvo, casi sin querer, en la nuez de Adán que tenía Alfonso, ese pequeño y marcado relieve en su garganta. En su mente, sacudió la cabeza, intentando disipar la imagen sensual que represento eso en su mente. Realmente, no lo había visto desde la perspectiva de Cristina.Cristina, con su dramatismo y su habilidad par
Capítulo 73 No será nada fácil— ¡Mamá! —protestó Luca, la palabra escapando como un gemido de frustración.Lucía no cedió. Su mirada, aunque inyectada de dolor, era implacable.—Responde, Luca. ¿Tienes una amante? ¿Estás interesado por otra mujer? ¿Tienes una aventura fuera del matrimonio?Luca desvió la mirada, como explicarle todo lo que pasaba a su madre.—Mamá, es complicado de explicar.Los ojos de Lucía se entrecerraron, una señal de que su paciencia se agotaba. Temía por la salud de su madre.—Es decir que tienes un enredo fuera de tu matrimonio. Acaso piensas divorciarte por ese enredo —sentenció, su voz cargada de decepción y el amargo eco de su propio pasado.Luca tomó aire, resignado. Sabía que no podía ocultarle la verdad por mucho tiempo.Mi matrimonio con Carla ha sido un infierno desde hace años. No hay amor, no hay respeto. Solo… una farsa que mantuvimos por Jennifer.Lucía lo miró con escepticismo. — ¿Una farsa? ¿Y por qué ahora? ¿Por qué no lo arreglaste antes? ¿O e
Capítulo 72 Un frío recibimientoMientras en el aeropuerto, Luca esperaba a Lucía, su madre. Él llevó a Jennifer con él. Ellas no se conocían personalmente; las veces que él había visitado a su madre en Italia, no se había llevado a la niña. No era fácil para el ver a su madre en una continua crisis. La situación de salud de Lucia, no era tan buena como para llevar a una pequeña. Incluso no se atrevía a que hablaran largo rato por teléfono, el humor de su mamá era muy cambiante y Jennifer era muy susceptible.La vio llegar. El avión venía con una hora de retraso.Ella venía en su silla de ruedas con su acompañante. De la hermosa mujer italiana de otros tiempos ya no quedaba ni la sombra.La recordó en fotos como una mujer exuberante, hermosa y lo que vio fue una mujer que se veía mayor a sus 60 años, con una expresión de tristeza, muy delgada, y su cara en otros tiempos hermosa y con una piel muy blanca se le veía arrugada y deteriorada.— ¿Esa es mi abuela, papi? —preguntó Jennifer c
Capítulo 71 Manejo de las crisisEleonor seguía en la habitación después que se marchara Luca. La puerta se había cerrado tras él, pero el eco de su presencia permanecía, un vacío inesperado que la invadía. Sentía como si le faltara algo y sabía perfectamente lo que era.—No puedo seguir con esto. Ese hombre no me conviene. Es otro, Smith —murmuró, intentando convencerse a sí misma, a pesar del nudo en el estómago.Con un suspiro, abrió el clóset y vio su ropa. Todo lo que vio allí le pareció poco atractivo. Hoy más que nunca le hubiera gustado verse bella, pero no por vanidad, sino porque en realidad se sentía deseada. Luca parecía desear su cuerpo y aparentemente ella le gustaba como era, y hasta le exigía que comiera. Antes de irse, había entrado en la habitación. Recordaba su toque en la mejilla y sus palabras:— ¡No olvides comer! Te dejé algo de comer en la mesa, es poco, en realidad hay pocos alimentos en el apartamento y los que hay no son saludables. ¡No es correcto lo que ha
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