Capítulo 59: ¿Qué hijo?

Al abrir los ojos, lo primero que sentí fue mi cuerpo adolorido y mi zona íntima palpitante. Noté que seguía en la cama, desnuda, con solo una sábana cubriéndome.

Los recuerdos de anoche no me golpearon, ya que nunca se fueron. Inclusive, soñé con eso, con Alexander, tomándome, llenándome.

Sujetando la sábana contra mi pecho, me atreví a sentarme. El dolor en mis caderas fue instantáneo.

—Por fin despiertas —La voz grave de Alexander llamó mi atención.

Subí la mirada, viéndolo salir del balcón con una taza de café en mano y con tan solo una bata de baño encima, con sus pectorales a la vista.

Se veía tan relajado, tan saciado, con un brillo que jamás había visto antes.

—Pediré el desayuno —añadió con tranquilidad, como si anoche no hubiera ocurrido nada.

—Tú perdiste —dije de una—. Soy virgen… Lo era. Tú te llevaste mi virginidad después de tres años donde fui acusada de mujerzuela.

—¡Yo jamás te llamé de esa manera! —dijo rápidamente, viniendo en mi dirección.

—¡Pero dejaste q
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