Capítulo 41. Caos (parte II)
Alguien grita: “reo libre” y Lea corre con más ahínco al escuchar y va tropezando con las personas a su alrededor, pero con la suerte de que no saben quién es, hasta que alguien la reconoce señalándola como el “reo”. No sabe de dónde saca la agilidad de trepar por las mesas y escritorios, pero se les dificulta sobremanera poder atraparla.
La viscosidad en su ropa que aún no seca le hace más sencillo escurrirse entre las manos de los hombres (que ahora son muchos), antes de saltar de un escritorio toma una gran porción de carpetas y las lanza hacia sus agresores, uno de ellos se parquea de frente a ella para sujetarla cuando salte y no lo hace. Baja por el lado contrario a gatas por entre las piernas de los otros que luchan por quitar las carpetas de sus rostros.
Suena una alarma y el caos reina en el recinto en el momento que una llave cae al piso y ella la toma. Abre dos rejas más, pero la tercera es otra llave y lo deja de lado. Sale un hombre enorme del calabozo y ella lo mira pidie