4. Los hombres no cambian
VALENTINE.
Zoe me observa con reproche a través de la pantalla y yo me siento como una niña pequeña regañada, si mamá estuviera viva y supiera de esto, me habría visto de la misma manera que mi mejor amiga.
—¡¿Perdiste la cabeza, Valentine Baker?! —Grita y yo me encojo de hombros, restándole importancia y eso la enfurece más y aumenta mi diversión—. ¡Definitivamente la perdiste! ¡No decía enserio que te acercaras al demonio ese por dinero!
Empiezo a reírme a carcajadas y veo enrojecer el rostro de Zoe debido a la molestia, estoy segurísima de que, si hubiésemos estado juntas en este momento, me habría golpeado para que reaccione y mande a la m****a a Elijah.
—¿Cómo iba a rechazar esa irresistible propuesta, Zoe? De ese trato depende la libertad de mi padre, es mi único familiar vivo y por él haría lo que sea —contesto y veo como su expresión enfadada se reduce un poco—. Además, dentro de unos minutos vendrá Harry Potter por mí para que discutamos los términos