Llevaba tres años comprometido, pero jamás se le había visto en compañía de su prometida. De hecho, salvo por la visita obligatoria que su padre le impuso al inicio del compromiso, nunca mantuvo contacto con ella.
Los tabloides incluso comenzaron a especular que era homosexual, pues cada vez que lo fotografiaban, siempre estaba acompañado solo por hombres. ¿Y ahora salía con esto?
La rabia se apoderó de Noah. Sin pensarlo, lanzó un puñetazo directo al rostro de Marcus. Jasper y Harry contuvieron el aliento, sorprendidos por la osadía. Sabían bien que ese golpe no tendría retorno. Y, aun así, no pudieron detenerlo a tiempo.
Pero Marcus fue más rápido. Con movimientos certeros, detuvo el puño de Noah y lo apartó con un giro seco de muñeca. Noah perdió el equilibrio y casi cayó al suelo al ser empujado hacia un lado, obligado a soltar la mano por el dolor.
—¡Eres una bestia! —bramó Noah, incorporándose con esfuerzo—. ¡Seguro la forzaste!
Sus ojos estaban inyectados de sangre. La furia lo