Rubí escuchó en silencio, procesando cada palabra.
—Está bien, entiendo —respondió al fin—. Asegúrate de que alguien proteja adecuadamente a Leonardo y a mi madre. Envía además a dos personas de confianza para vigilar a Zoey.
—¿Sospechas que ella fue la responsable esta vez? —preguntó Stephen, dudando.
—No puedo estar segura aún —respondió Rubí con calma—. Pero siempre es mejor ser precavido.
—Entendido. No te preocupes —dijo Stephen antes de cortar la comunicación.
Rubí bajó lentamente el teléfono. Marcus la observaba con el ceño fruncido.
—¿El incidente tiene relación con Zoey? —preguntó.
Rubí frunció el entrecejo.
—Lo sospecho. Los ladrones atacaron directamente a Leonardo, casi lo matan. Y ella apareció justo a tiempo, arriesgando su vida para salvarlo. No me parece una simple coincidencia.
Marcus apretó los labios.
—Es demasiada casualidad. No creo que ella sea así —murmuró con tono grave.
—Por eso pienso que hay algo raro —dijo Rubí.
Marcus asintió lentamente.
—Sí. Zoey siempre