Sabrina asintió lentamente, con una expresión grave.
—Ahora que lo pienso, todo encaja. Pero no tengo pruebas.
Rubí la miró con seriedad.
—Mamá, no te preocupes. Ya soy adulta, y ahora que sé la verdad, déjame ocuparme de esto. Marcus me ayudará.
Sabrina asintió con pesar.
—No debería haberte contado estas cosas, pero si no lo hiciera, podrían tenderte una trampa. Desde que Stephen comenzó a investigar, he comprendido cada vez más que tu padre confía demasiado en ellos. Nuestra relación parece armoniosa en apariencia, pero en realidad... Rubí, creo que tú puedes controlar a tu hermano, y quizá también logres hacer que tu padre cambie de opinión. No has tenido una vida fácil, y aun así cargas con tanto.
Rubí respiró hondo, con la mirada firme.
—Mamá, después de todo lo que Zoey y su madre han hecho, no puedo permitir que se salgan con la suya. No te preocupes por mí. Los Gibson me trataron bien. Aunque en su momento fueron algo parciales con su propia hija, ahora se arrepienten y me ap