Capítulo 244

Marcus contuvo la risa. La escena era absurda: una mujer hecha y derecha, actuando como una niña malcriada. Pero, lejos de parecerle molesto, la encontraba terriblemente adorable.

Sonrió con ternura, intentando no soltar una carcajada.

—Está bien, lo admito, no volveré a quitártelo. Pero ven y bebe esto. Le pedí a Gavin que lo trajera especialmente para calentar tu estómago después del helado.

Rubí parpadeó, sorprendida, y giró la cabeza. Marcus estaba de pie junto a la cama, con una taza blanca en la mano.

Un hombre tan noble como él, rebajándose a cuidarla de esa manera… aquello la conmovió y la hizo sentir un poco avergonzada. Aun así, no cedió de inmediato; infló las mejillas y preguntó con un puchero:

—¿Qué es?

Marcus le tendió la taza con calma.

—Té de canela, dátiles rojos y jengibre. Sirve para aliviar los calambres estomacales y la sensación de ardor. Acabas de comer tanto helado que necesitas equilibrar tu cuerpo.

Rubí dudó un segundo, luego aceptó la taza.

—Está bien… —murm
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP