Por más competente que fuera el equipo de la familia Maxwell, encontrar a una persona sin ninguna pista nunca era tarea sencilla. Sin embargo, una vez que comenzaron a investigar a Rubí y a las personas cercanas a ella, todo comenzó a encajar en cuestión de días. Lo que parecía complicado, en realidad resultó ser sorprendentemente simple.
Marcus sostenía el informe entre las manos, y poco a poco fue apretando el agarre. Estaba casi seguro—entre un ochenta y un noventa por ciento—de que ella era la mujer que había estado en su habitación aquella noche. Solo le faltaba comprobar un detalle: la cicatriz en forma de media luna en su espalda.
A medida que leía las páginas del informe, una sonrisa lenta y apenas perceptible se dibujó en la comisura de sus labios. Las arrugas de preocupación entre sus cejas comenzaron a suavizarse. Según los antecedentes, Rubí nunca había tenido una relación sentimental, llevaba una vida tranquila y discreta. Ese día... había sido su primera vez. Marcus lo s