Sabrina asintió casi de inmediato, con gesto comprensivo.
—Lo sé. No quise insinuar que usted fuese la otra. Pero, señorita Gibson… —sus ojos se suavizaron— yo tampoco quiero que se casen.
—¿Mm? —Rubí acababa de dar un sorbo a su café cuando levantó la mirada, sorprendida. No pudo ocultar la incredulidad en su rostro.
Sabrina dejó la cucharilla en la mesa con un gesto delicado, aunque su sonrisa parecía forzada. La sostuvo con la mirada y dijo con franqueza:
—Marcus es muy protector contigo. Y creo que ya sabes que, en realidad, Zoey fue la prometida de su hermano mayor en un principio. Cuando él se enamoró de otra persona y ocurrió aquel accidente, el compromiso se rompió. Más tarde, la familia real retomó la idea de alianza matrimonial, y Zoey aceptó. Entonces se decidió unirla a Marcus. Pero, desde el principio, nunca estuve de acuerdo.
Rubí la miró sorprendida, sin saber qué responder a tanta franqueza.
Sabrina suspiró y añadió con una sonrisa amarga:
—En nuestra familia hay razon