En aquel entonces, Zoey irradiaba confianza y deslumbrante belleza. Sin embargo, frente a Marcus, aquella mujer orgullosa parecía ahora débil y frágil. Ya no emanaba dominio, sino vulnerabilidad y sumisión.
Rubí, por un instante, volvió a sentirse inferior.
No obstante, las palabras de Marcus lograron reconfortarla. Aunque había estado de mal humor, una sonrisa se formó en su rostro. ¿Marcus había dicho eso a propósito?
Reflexionó sobre lo ocurrido. Al principio, Marcus no sabía que “los invitados” llegarían tan temprano. Más tarde, se enteró de que él había regresado apresuradamente tras atender sus asuntos, temiendo que ella fuera humillada. ¿Sería ese el motivo?
Más aún: él… quería anular su contrato matrimonial con Zoey.
Aunque seguía molesto con Rubí, no dudó en mencionar la cancelación de aquel acuerdo. La confianza que había quedado sofocada en ella resurgió de golpe, llenando su interior de una alegría inesperada.
Giró la cabeza y miró a Marcus, que la observaba con complicida