VANESSA GARDNER
Lo vi directo a los ojos sin saber qué responder, las palabras se me atoraron en la garganta. Quería gritar que sí, que me quedaría, pero… había una sombra sobre nosotros, un «collage» lleno de errores del pasado, su promiscuidad, su arrogancia, la manera en la que usó a todas esas chicas, y claro, mis propios miedos. ¿En verdad había algo que rescatar? ¿Podíamos formar algo sacudiendo un poco los escombros que significaban nuestras propias vidas?
—La semana aún no termina… —susurró con ternura, acariciando mi rostro, entonces me di cuenta de que una lágrima había caído por mi mejilla y él la estaba recogiendo con cuidado—. Sé que no me crees, pero aún tengo tiempo para demostrarte que hablo en serio.
»Quiero algo real, pero solo contigo. Tú eres el único motivo para cambiar la dirección de mi autodestructiva vida —agregó con una sonrisa agridulce mientras acariciaba mi mejilla—. Dame el beneficio de la duda y un poco de tu amor, y prometo que no conocerás un hombre má