Ethan subió a su coche junto con Oliver y condujo hasta el lugar acordado. Se detuvo frente al hermoso paisaje natural, descendió del automóvil con su pequeño en brazos y colgando en uno de sus hombros el bolso que Jazmín preparó para su hijo.
El lugar era bastante tranquilo, rodeado de árboles frondosos cuyas hojas secas caían tapizando el suelo con una gran alfombra en colores naranja, rojo, amarillo y ocre. El césped, se extendía en casi todo el parque. Grupos de personas, parejas y familias disfrutaban de sus paseos.
Al llegar, distinguió el cochecito rosado bajo la sombra de un árbol, con Juliette de pie a su lado. Oliver abrió muy grandes los ojos al ver a la bebé que descansaba plácidamente en su interior, agitando apenas sus pequeños brazos.
—Nene —balbuceo con una sonrisa en sus labios y sus ojos llenos de ternura infantil.
—Es tu hermana, Oliver —murmuró Ethan con voz suave inclinándose a su altura.
El niño asintió con entusiasmo, aunque en realidad no comprendía la