Jazmín necesitaba darse una ducha caliente y ponerse algo de ropa decente. Quería arreglarse un poco por sí él regresaba a verla, pero tenía que esperar que alguna enfermera le retirara la vía del brazo.
Justo en ese momento, la enfermera entró para darle la dosis de medicamento que le correspondía.
—Debería descansar, señorita. —recomendó la enfermera al verla sentada en la orilla de la cama y con los piernas colgando sin rozar el piso.
—¡Me siento mejor! —afirmó— Además necesito darme un baño, me siento incómoda. ¿Podría quitarme esto?
—Sí, por supuesto.
—¿Cuándo puedo irme? —preguntó con preocupación. Sabía que si permanecía mucho tiempo allí tendría que pagar y no tenía con qué hacerlo.
—Debemos esperar que la doctora la revise primero. Ella llegará en un par de horas. Así que deberá esperar —dijo la enfermera sacando de su bolsillo la pastilla que debía darle.— Tenga tome esto.
Jazmín tomó la pastilla y bebió el vaso pequeño con agua.
—No puedo quedarme tanto tiem