Capítulo 36
Axel David Garza Cantú
Monterrey, México.
El camino al rancho no fue tan largo, afortunadamente estaba a escasa hora y fracción de Monterrey. Caro y yo nos fuimos tomados de la mano durante todo el camino y cada vez que teníamos oportunidad, yo le regalaba intensos besos que ella correspondía muy contenta. Mi padre ahora sí, no dudaría para nada del amor que nos tenemos mi novia y yo y es que por más que yo lo negara, cada día empezaba a sentir más cosas por ella y era normal, ella además de hermosa tenía un carácter muy dulce del que poco a poco me iba haciendo adicto.
—Hemos llegado, sean bienvenidas al rancho de los Garza—dijo mi padre—es un gusto para nosotros tener la compañía de dos bellas mujeres.
—Muchas gracias—respondió Tania—para mi hija y para mí, es un placer estar de visita en una propiedad tan hermosa.
No es que mi padre estuviera presumiendo de sus propiedades, es que a él le gusta ser muy atento con las mujeres que le interesaban y le gustaba tratarlas bie