Capítulo 37
Carolina Isabella Caballero Beltrán
Monterrey, México
Estaba un poco nerviosa cuando nos llamaron al almuerzo a Axel David y a mí, eso era porque él y yo nos estábamos acercando más y cómo íbamos a compartir recámara, ahora sí que quién sabe lo que podría pasar en la noche; Sin embargo, decidí que dejaría fluir las cosas y que no iba a preocuparme para nada, no ganaba nada preocupándome a lo puro tonto.
Después del almuerzo fuimos todos a bordo de un vehículo todoterreno a recorrer el rancho. Esto lo encontraba bastante emocionante, no sé cuánto territorio abarque el rancho de Lorenzo, pero me gustaba mucho la aventura, de poder ver muchos animales en el campo.
—Todo esto es nuestro—dijo Don Lorenzo—aquí, como pueden ver, hay muchas actividades para que nos entretengamos el tiempo que estemos aquí.
—Todo es maravilloso, Lorenzo—dijo Tania—gracias por tu invitación a mi hija y a mí. El aire aquí es muy puro y hasta bien nos hará para la salud, el pasar unos días lejos de lo