Capítulo 40
Axel David Garza Cantú
Monterrey, México.
Gracias a Caro, había descubierto un nuevo lugar favorito aquí en el rancho y no podía creer que los dos nos hubiéramos atrevido a esto, pero había pasado y ambos lo habíamos disfrutado de sobremanera y de eso no cabía la menor duda. Seguimos un rato jugando en la cascada, ella se puso su panty y yo mi bóxer y nos seguimos mojando, ahí no sé por cuánto tiempo más.
—Caro esto ha sido increíble—le dije sonriendo—ahora llegaremos todos mojados allá con nuestros padres.
—Sí, lo sé, que bueno que ya no digas Tania y le empieces a decir que es mi madre, no quiero ninguna equivocación—dijo ella—es que no vaya a ser que después se te salga decirle así delante de tu padre.
Caro tiene toda la razón, pero eso no va a suceder, me he mentalizado para que a ellas las trate como madre e hija. Ahora yo las veo de ese modo y no voy a fallar, me encanta la forma de ser de las dos, mi padre cada vez está más encantado con Tania y creo que lo de ellos