CAPÍTULO 89
El olor estéril del antiséptico se mezclaba con el fresco aire otoñal que entraba por la ventana entreabierta. Ammy Wilson estaba sentada junto a la cama, con los dedos descansando suavemente sobre el borde de la tela blanca que cubría la forma carbonizada del hombre. A pesar del silencio de la habitación, una corriente subterránea de tensión zumbaba en el aire.

—¿Algún cambio hoy? —preguntó el doctor Reynolds al entrar, con la voz teñida de la cansada resignación que surge de días sin progreso. Cada día venía a examinar al hombre que su más fiel paciente le pidió que sanara.

Ammy levantó la vista, sus ojos brillaban con una intensidad que contradecía su exterior tranquilo. —Él movió su mano hace unos instantes. —dijo, las palabras llevaban una nota de optimismo cauteloso.

—¿En verdad? —Las cejas del médico se alzaron mientras se acercaba a la cama y examinaba al paciente, abriendo su expediente y haciendo algunas anotaciones rápidas. —Eso es prometedor. ¿Aún no hay respuesta vocal? —
Merfevi

¡¡Sebastián!!!

| 24
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App