Todos estaban reunidos para la boda de Ugür y Zeynep, mientras ella se miraba al espejo, y su tía la ayudaba, entró Defne, sonrió al verla hermosa y se acercó a ella.
— Mi querida, estoy feliz de saber que mi hijo supo elegir, gracias por los maravillosos nietos que diste a mi esposo y a mí, tú y Raphaella son muy especiales.
— Gracias señora Defne, sus palabras las guardó en mi corazón.
Se abrazaron y colocó en su cuello, un collar de perlas rosa pálido.
De camino al altar su corazón rebotaba de felicidad uniría su destino al hombre que amó desde que fue a esa entrevista de trabajo.
Los meses pasaron, Emir nuevamente estaba corriendo de un lado a otro para llevar a Adhara al hospital.
— ¿Es en serio Emir? Ya tienes experiencia en esto y pareces un novato, ¡Apurateeee! Que después va a nacer aquí.
— Tranquila vida mía, nuestro hijo no de saldrá antes de llegar al hospital.
Emir bajó las escaleras con bolso pañalera en mano.
Subió al carro y salió.
Adhara se quedó pasmada viendo tamañ