CAPITULO 40

El amanecer llegó, Yara se levantó muy temprano, preparó el desayuno y vio las numerosas llamadas perdidas de Aylin. Marcó para devolver la llamada y respondieron de inmediato.

—Tengo muchas llamadas tuyas Lin.

—¿Donde carajos te has metido? Te esperé, y nunca llegaste. ¿Dónde estás?

—Fui, claro que fui Pero estabas muy entretenida y sali de ahí.

—¿Que? Ven aquí ahora hermanita, por favor.

—Deja y me baño, enseguida estoy ahí, tranquila.

Yara desayunó lo más rápido que pudo y dejó listo para Mikayl que estaba en la ducha, salió se vistió y fue a la cocina.

—Mmmm todo se ve delicioso, Pero más lo eres tu. —dijo Mikayl a su oído mientras la abraza por la cintura desde atrás. Yara se giró y quedó frente a él, apretó los labios formando un Gina línea con ellos.

—No soy muy experta, teníamos una muchacha que lo hace.

—Buscaremos una, no te preocupes.

—No, nos las arreglaremos, tu ocúpate en buscar un trabajo, que yo voy a ver a Lin.

—Está bien mi Leona, como digas. —contestó Mikayl subie
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