Mundo ficciónIniciar sesiónEl tiempo siguió su curso y los encuentros con la rata loca no cesaron, tampoco sus insultos ni los míos de vuelta, si algo bueno sacaba de todo aquello era que ponía en práctica mis conocimientos de esa nueva lengua que empezaba a dominar. Ya que el depa se ubicaba en un quinto piso, en alguna oportunidad debimos compartir elevador, la peor parte fue que nadie más subió y yo solo pedí en silencio que ni siquiera me dirigiese la palabra porque me encontraba de terrible ánimo, en la clínica pasé el día entre bacinicas y aunque tallé mi piel con mucha fuerza al bañarme, podía percibir un horrible olor.
Cuando la compuerta se abrió, ambos quisimos salir al corredor a la vez y tropezamos, las cosas de la rata loca se desparramaron por el suelo; aunque por un instante pensé en seguir adelante, decidí ayudarla a recoger. —Gràcies —me dijo en tono amable y asentí con la cabeza en respuesta antes de verla adelantarse. Estaba a punto de reanudar la marcha cuando noté en el sue






