Los días siguieron su curso hasta tornarse meses, el otoño se percibía cada vez más cerca con sus brisas frescas y con ello se hacía inminente el retorno a clases. Disfruté el verano entre citas con las chicas: Marcela, Xiomara, Regi, Leonella, Keyla, ¿Yuli?… En realidad no recordaba los nombres de todas, pero cada una tenía lo suyo y pese a mi odio por la residencia estudiantil, jugar al Kama Sutra resultó de maravilla.
Pero no, mi verano fue más que diversión y despilfarro, no, no, no; también tocó trabajar por aquello de recargar las arcas, para eso, nada mejor que un par de dinos. Un splenda acabó endeudado por no apuntar a un chico de menor calibre, su error, no mío. En SugarDate cada quien busca a su par sugar ideal, no es mi culpa que él quisiera jugar al rico, desde el principio sabía mis requerimientos, pero claro, ¡qué importa el gasto con tal de pasar un verano junto al chico lindo! Como no aguantó siquiera media estación, le tocó turno al tipo feo. Lo juro: era horrible, de hecho, al final de agosto y nuestra relación, borré cada fotografía juntos para olvidarme de él. Lo bueno: ¡tenía un yate! No, creo que se queda corto porque parecía un crucero; me alegró y muuuuucho las vacaciones. Ricky no paró de regañarme por liarme con ese sujeto de fortuna medio ilícita, pero ¡hey! Eso era asunto del tipo, no mío. Por otra parte, debí armarme con cierta pastillita para aguantar las noches de pasión con él y es que el sujeto quería acción. Ese era el lado malo de andar con un melao, aunque valió la pena el esfuerzo, cada vez me acercaba más al depa de mis sueños. El calendario junto a la compu marcaba dieciséis de septiembre con dibujitos de serpentinas y gorritos de fiesta que Ricky colocó como recordatorio de su cumpleaños, como si pudiese olvidar que compartimos tal día.A diferencia de mí, él adoraba celebrarlo con fiesta latina, P**e era una máquina de bailar. En mi caso, he llegado a disfrutar esa fecha solo en su compañía.
Una notificación saltó en la pantalla de mi celular y sonreí al ver que se trataba de Omar, me deseaba feliz cumpleaños con varios gif, pero arrugué el rostro porque no recordaba contarle. La verdad, ni siquiera al dino más amable que tuve, llegué a hablarle del porqué el repudio a tal fecha en cuanto quiso indagar, solo cambié de tema e hice lo que mejor sé: enfocarme en complacerlo, desviar con halagos y risas la atención sobre mi realidad o cosas muy personales.
Quizás por eso tampoco tendía a involucrarme en relaciones que superasen los seis meses y solía aclararlo desde el principio con ellos. Ese era el tiempo suficiente para pasarla bien, conseguir caprichos y guardar lana.
La mayoría de personas no entienden de qué van las relaciones sugar y en automático dirían: “¡Oh, Kevin es un prostituto aprovechador!”; sin embargo, nada que ver, quienes hacemos esto y los dinos que nos buscan, establecemos acuerdos para el tipo de relación-retribución. Algunos sujetos ni siquiera desean sexo porque no están listos o lo que sea y mi norma principal era que se trataba de un negocio, nada de involucrar sentimientos. Con un par de dinos me tocó cortar por lo sano, quisieron ir más allá, convertirnos en una pareja y darme la gran vida, pero no era lo mío; aceptar aquello, sí, sería aprovecharse. Una cosa era complacerlos, mimarlos y hacerlos sentir especiales; otra muy distinta fingir un sentimiento que ellos decían profesarme y para mí resultaba imposible experimentar. En el caso de Omar, comenzaba a desesperarme por solo chatear durante tanto tiempo, sin ver dividendos. No obstante, había en él algo dulce y tierno que me impidió mandarlo al demonio y tal vez fue eso mismo lo que me llevó a contarle sobre tal fecha.Kevin: Gracias por recordarlo😄, aunque verte fuera de la pantalla, sería un fantástico regalo 😘
Hice el teléfono a un lado después de la tonta respuesta y me sumergí en el computador. Veía el depa de mis sueños frente al mar e imaginaba que al fin era mío. Me imaginé de fiesta con amigos, o en el bautizo del balcón, acompañado por los gemidos de una rubia hermosa. Sonreí.
Una larguísima vibración hizo estallar el globo de fantasía y devolví la atención al celular. Resultó sorprendente la cantidad de mensajes que llegaba uno tras otro. Una risa baja se me escapó, Omar se notaba nervioso al escribir y todo parecía indicar que yo tendría que escabullirme de Ricky.Omar: Yo quiero, pero no lo sé.
Este mensaje ha sido borrado.Omar: Es decir, ¿no sería extraño?Este mensaje ha sido borrado.Este mensaje ha sido borrado.Omar: También quiero verte.Omar: Quizás me arrepienta de esto, pero… podríamos vernos hoy. Omar: Olvida eso.Este mensaje ha sido borrado.Omar: Tú di dónde.