SARAH
En algún momento voy a despertar de esta pesadilla, sea cual sea el caso, esto no es más que un sueño, al abrir mis ojos me encontraré en mi habitación en la casa de mis padres y sabré, que mi mente de nuevo me hizo una treta, tal vez, la más horrible de todas.
Uno, dos… observé la cama revuelta y yo en el piso con sábanas blancas a mí alrededor, los ojos me ardían y comencé a llorar una vez más, mi cuerpo temblaba en pequeños espasmos, me sentía morir, sus palabras se repetían como un martilleo constante en mi cabeza. Por mucho que quisiera, no había sido un sueño, realmente me entregué a Arturo y él me había dejado.
Necesité de toda mi entereza para poder irme de ahí, de alguna manera sentía que mi dignidad había sido pisada y hoy más que nunca la palabra “usada” resonaba en mis pensamientos, todo esto nos dirigía a lo mismo de siempre.
Él había dicho que yo estaba con alguien más, concretamente que me había visto con mi ex novio y cuando estaba lista para decirle que yo no es