SARAH
¿Con qué cara tenía el valor de enfrentarme? Él mismo me lo había dejado claro, esto fue un error, yo era su error. El corazón se me destruyó en pedazos, cuando lo observé con su novia en una situación tan acaramelada… yo no tenía cara para verlos. Lo que hicimos, fue un error, pero ¿Era totalmente mi culpa?
—Sarah – la voz de Sebastián me trajo a la realidad – iremos a comer todos juntos a Égalité ¿Nos acompañas?
—Sí, sí claro – contesté rápidamente, quitándome un mechón de cabello sobre la cara.
Sebastián vino a mí, me tomo por los hombros y me insistió en que lo mirara.
—¿Estás bien? – Preguntó algo preocupado.
—Estoy perfectamente bien – le sonreí con esfuerzo, pero él me creyó y me devolvió la sonrisa.
Antes de abandonar el recinto, miré sobre mi hombro y él ya no estaba.
La comida con el equipo de producción me permitió despejar un poco los pensamientos que tenía acerca de lo sucedido, y sobre todo evitaron recordarlo. Durante estos últimos meses no había momento en que su