Samantha soltó una risotada, y trató de enfocar su azulada mirada en su esposo, frunció el ceño.
—¿Por qué cargas una niña igualita a mí? —cuestionó parpadeando.
Óscar carcajeó sin parar.
—Ojalá te pudiera grabar —refirió—, es tu hija —contestó.
Sam se llevó las manos al rostro y recordó a sus hijos.
—¿Y Oscarito? —cuestionó asustada—. Lo trajimos ¿verdad?
—Está en la habitación dormido —indicó—, voy a traerles agua —mencionó—, solo llevo a acostar a Norita.
Enseguida los tres se alejaron de la sala con los niños en brazos y notaron a sus esposas y Lupita las cuatro abrazadas y con el micrófono en mano.
—Vente acá María Guadalupe del Perpetuo Socorro —ordenó Samantha—, le vamos a dedicar esta canción al traicionero de tu Agapito —arrastró las palabras.
Enseguida la pista de «¿Por qué me haces llorar? by Lucía Méndez» empezó a sonar.
—¿Para qué me haces llorar? ¿Qué no ves cómo te quiero? ¿Y para qué me haces sufrir?
¿Qué no ves que más no puedo? —empezó Lolita cantando