Punto de Vista Madison
A pesar de los fallidos intentos de Maximiliano por hablar con Mía, ella seguía ignorándolo, era como una forma de culparlo por la tristeza que estaba atravesando, y eso complicaba más la relación entre ellos, y claro, también la mía con ella, si no le hablaba a Maximiliano, mucho menos a mí.
Se llegó el momento de la alta hospitalaria, todos salimos del hospital, fuertemente custodiados por los hombres de Maximiliano, Martha aún seguía en cuidados intensivos, así que definitivamente Mía iría a nuestra casa.
Durante el camino, la niña solamente miraba por la ventana, la pobre estaba tan triste, que era entendible su actitud, Maximiliano trataba de reconfortarla, de darle ánimo y demostrarle su amor, pero ella no era receptiva a sus detalles.
—Mía, linda, ya casi vamos a llegar a la mansión ¿Cómo te sientes? —Maximiliano le preguntó rompiendo el incomodo silencio.
Ella apenas subió los hombros como respuesta y no dijo una sola palabra, él me miró y yo solament