Punto de vista Maximiliano
—¡DEVUELVEME A MI HIJA CARINIO! —volvió a gritar la zorra
La mire fijamente a los ojos, estaba tan diferente que era casi irreconocible, pero esa mirada penetrante llena de maldad era fácil de distinguir para mí, nunca podría olvidar esos ojos que me hicieron tanto daño.
De su imponente y marcada figura, no quedaba absolutamente nada, solamente el reflejo de lo que la vida estaba maltratando a Samantha , pues en su mano izquierda, llevaba un bastón sosteniendo su caminar.
—¡Maldita perra! —le apunté directo al pecho, cuando lo hice, sus hombres alzaron las armas y apuntaron directamente al auto, mis hombres también alzaron las suyas.
Estaba a punto de desatarse un caos total, ella comenzó a caminar lentamente hacia mí, podía escuchar como sus pasos estaban más cerca y no pude negar que sentí un terrible escalofrío recorrer mi ser.
Samantha estaba llena de odio, su rostro lo único que expresaba era los deseos inmensos de destruirme y llevarse todo a su paso