Después de viajar a Las Vegas con Xavier, Andressa no tuvo oportunidades de encontrarse con Leonel en persona. Así que, en la primera ocasión que tuvo para quedarse sola, tomó el teléfono y marcó su número, con el corazón latiendo rápido mientras el sonido de llamada resonaba en sus oídos.
— Hola — dice ella, con un tono cargado de una mezcla de nerviosismo y nostalgia.
— Hola — responde Leonel, más serio, pero no distante. — ¿Cómo estás?
— Estoy bien… — duda un instante antes de continuar. — En realidad, un poco curiosa por el mensaje que me enviaste aquel día.
Del otro lado de la línea, Leonel suspira levemente. Su voz lleva un tono de preocupación al responder:
— ¿Te causé algún problema? Me preocupó el mensaje que me enviaste después.
Andressa muerde el labio inferior, pensando en su respuesta.
— No… — dice ella, intentando encontrar las palabras adecuadas. — Bueno… quiero ser sincera contigo. Mi novio vio el mensaje y me preguntó quién eras. Entonces, di una excusa.
Leonel guarda