Pasado
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Hannah le dedicó una sonrisa de agradecimiento a la bartender cuando esta dejó una copa de cosmopolitan frente a ella. La mujer se la devolvió antes de alejarse para atender a otro cliente.
Miró alrededor. En la barra había otras tres personas, aunque pronto llegó una pareja que se llevó a uno de ellos entre risas y murmullos. El lugar estaba a media capacidad: parejas y grupos de amigos, cada uno sumido en sus propios asuntos, disfrutando de su noche en Las Vegas.
Ese era el encanto de los bares de hotel como aquel. Podía pasar desapercibida sin esfuerzo. La clientela era tan variada que nadie destacaba demasiado, y el personal estaba acostumbrado a verlo todo y a no hacer preguntas. O quizá, simplemente, nadie tenía idea de quién era ella.
Su fama había ido en picada desde el escándalo con uno de los directores más importantes de Hollywood. La esposa del hombre había destruido su reputación, y Hannah no había vuelto a participar en ningún proyecto relevante durante casi un