—No —susurró ella cuando los labios de Colton estaban demasiado cerca de los suyos. Aquella palabra pareció bastar para que ambos entraran en razón—. No —repitió, esta vez con más determinación, mientras se ponía de pie.
Se tomó un segundo para recuperar el control, o al menos tanto como le era posible, sin apartar la mirada de Colton.
—Que estemos fingiendo que lo que ocurrió entre nosotros no pasó, no significa que quiera repetirlo para refrescar la memoria —dijo con firmeza y comenzó a guardar sus cosas en su mochila. Se concentró en su ira para no pensar en el deseo que quemaba su cuerpo—. Significa que prefiero que nadie se entere de ello. Tengo una beca que mantener y no voy a arriesgarme a perderla. Tampoco voy a acostarme con usted para tener buenas calificaciones, puedo salir adelante por mí misma. Así que ni siquiera intente utilizarlo en mi contra para salirse con la suya.
—Jamás se me ocurriría chantajearte —respondió Colton entre dientes, irritado por la acusación. No aña