LA MANSIÓN DE LOS GREENE

Capítulo V

         La mansión de los Greene

La recepcionista le llevó al garage aledaño donde guardaban los tres camiones de que disponían. Harold se acercó y miró en ellos para ver algo que le diese una pista pero no sabía como convencerla para que le dijese donde tenía el registro con el nombre de su “amigo”.

-Este amigo mío ¿Cuál alquilaría? ¿tiene algún registro señorita?

-Ay no sé…bueno todo sea por el amor, venga le mostraré el registro estoy sola, no se lo diga a nadie se lo ruego.

Le llevó de nuevo a la oficina y le enseñó el libro de registros.  Allí estaba por fin el nombre que bien podía ser auténtico con suerte. Melvin Esterd. 200209 de Nothing Hill, ¡vivía cerca!, Harold se vbistio rápidamente y salió en busca de la dirección que tenía. Estaba a trea manzanas y Harold estaba en forma en unos minutos estuvo frente a la puerta. Llamó al timbre, iba bien vestido, de traje, nadie sospecharía nada malo de un hombre como él y jugaba con esa ventaja. Un hombre abrió la puerta y preguntó:

-¿Buenos días qué…?

No le dio tiempo a más el puño de Harold dse estrelló contra su rostro y cayó incoinsciente, entró sin llamar la atención y cerró suavemente tras él. Le ató con unos trozos de costina que rasgó y lo amordazó con sus propios calcetines. Buscó en la planta baja, prro no había nadie más subió als escaleras descalzo para no hacer ruido. Abrió cada puerta y comprbó que no había nadie más en al última estaba Margot atada y amordazada. Atada a juna silla. La liberó de sus cuerdas y la abrazó,

-Tranquila cariño ya ha pasado ahora tienes que estar en calma y no gritar ni hacer ruido, hemos de salir de aquí.

Margot asintió mientras lloraba feliz. Bajó siguiendo a Harold pegados ambos a la pared y pasaron por encima del secuestrador al que Harold dejó sin sentido de un golpe en la nuca. Salieron como lo harían una pareja de esposos despreocupados. Doblaron la esquina con sus corazones latiendo a mil por hora y sus nervios tensos como cuerdas de arcos.  Echaron a correr como almas que llevara el diablo hasta llegar a casa de Harold entraron y cerró con llave y pestillo la puerta de in mediato llamó a la policía y esperaron.

-Cariño, cuando recibí aquella nota casi muero de pena, eres lo mejor que me ha pasado en la vida y sea lo que sea lo que nos ha unido doy gracias a Dios por ello. No permitiré que nada ni nadie nos separe mi amor.

-Cariño no sé de qué nota hablas pero te quiero, nunca te dejaría voluntariamente.

Margot besó profundamente a Harold, con la intensidad de un amor que crece y madura de la mano de su hombre. Harold sintió que su sangre se aceleraba en sus venas y sus ojos dejaron resbalar unas lágrimas que eran de emoción y felicidad. Solo los timbrazos d la policía les sacaron de aquel mundo que les pertenecía solo a ellos.

-Así que dicen que la señorita fue secuestrada días atrás y usted investigando por su cuenta logró rescatarla en una casa tres manzanas más allá de esta casa que le pertenece a usted.

-Sí, más o menos así es agentes.

-Bueno hemos tomado nota y registraremos la casa en cuestión. No salgan de la ciudad tendremos que volver para hacerles algunas preguntas. Sería mejor que no fuesen a sus trabajos habituales por unos días.

-No hay problema puedo trabajar desde casa y lo haré desde la casa de un amigo, así seremos menos localizables.

Harold y Margot llenaron un par de maletas con ropa y lo preciso para pasar unos días fuera y en un coche policial sin distintivos fueron llevados a casa de Delan su ayudante. Vivía en Trafalgar Square y estaba lejos de donde se movían habitualmente.

-Harold eres muy afortunado Margot es excepcional, tiene nervios de acero y no es de las que lloriquean por nada, es admirable.

¡Ay, no creas! A veces siento unas ganas de gritar Delan…eres un cielo, te agradezco enormemente tu hospitalidad hemos roto tu intimidad. -Le agradeció Margot.

-Es algo emocionante, entiéndeme, no deseo que os pase nada malo, pero una aventura como esta se vive en la vida solo una vez.

Sí, te comprendo a mi me pasa igual, -dijo Harold conocerle a Margot y poder demostrarle mi amor es lo más de lo más.

-Podéis acomodaros en dos habitaciones separadas o en una sola la cas tiene dos dormitorios individuales y dos con cama de matrimonio.

-Margot le miró pícaramente a Harold y este la besó por toda respuesta.

-Esta claro como dormiréis tortolitos, el que da al este es el más agradable veréis amanecer desde la cama.

Las risas llenaron el aire y todos se olvidaron por unos instantes de lo terrible de su situación.

Amanecía y el sol se levantaba como una viso de que un nuevo día llenaría sus vidas, e sol tenue y nacarado llegaba hasta sus rostros despertándoles. Harold la besó tiernamente y ella abrió los ojos y preguntó:

-¿Estoy en el cielo?

-Mmmm no sé, Dios me ha enviado para amarte.

Harold al envolvió en sus musculosos brazos suavemente y la acarició con dedos hábiles el cabello las mejillas el cuello, antes de hacerle el amor apasionadamente.

El desayuno en la planta baja con Delan fue el mejor de sus vidas, el zumo de naranja y las tostadas con mantequilla y mermelada desaparecieron junto con el té rápidamente. Pero una pregunta seguía flotando en el aire y fue Margot quien rompió el silencio.

-Creo que todo esto puede tener algo que ver conmigo y con mi familia, hay algo que no te he contado Harold.

-Bueno no será tan preocupante creo yo…tú dirás.

-Yo me fui de casa hace años reñí con mis padres muy fuerte y…bueno nos dejamos de hablar. Ellos querían manipular mi vida a su antojo y yo me negué a ello. Son…bueno son…los dueños de “Maleyter and Green”, -bajó la mirada para pronunciarlo.

-¿Eres la hija única de Maleyter and Green?, eso tiene sentido querían pedir rescate por ti…-dedujo Delan.

-No sé si será así pero no me gusta que me oculten cosas tan importantes Margot, he arriesgado la vida por ti.

-Lo siento cariño no quería que me amasen por mi origen familiar sino por mí misma. No…

-No, no, esto no me ha gustado, lo siento creo que me iré a un hotel. Gracias por todo Delan.

-Venga Harold no quería ofenderte ni engañarte ella lo hizo por una buena razón, no te enfades.

-Cariño, te quiero yo no te he mentido en nada…

Pero el enfado de Harold no tenía límites y se sentía traicionado y ninguneado, se marchó dando un buen portazo. Margot se sentó y comenzó a llorar sin que nada ni nadie pudiese contenerla y Delan impotente ante aquella situación se sentó llevándose las manos a la cara. Una situación perfecta se había roto en mil pedazos y Margot se sintió culpable pensando en que acababa de perder al amor de su vida. Harold tomó una habitación en el Ritz y se sentó en el borde de la cama con los puños cerrados y llorando de rabia.

-¿Porqué todas las mujeres hacen lo mismo guardar secretos que ponen en peligro cualquier relación? Era perfecto me abrí a ella completamente no le oculté nada m*****a sea la mala suerte.

Un amanecer dorado se había convertido en una noche de densa oscuridad para los dos amantes. Delan estaba seriamente preocupado y decidió tomar cartas en el asunto. Iría a ver a los padres de Margot y trataría de ver como reconciliarles al menos lo suficiente como para que hablasen con Harold, quizás así…

La mansión de los Green se encontraba en C ornualles muy cerca de la costa. Delan había llegado ala verja que daba a la gran finca que la rodeaba. Las dos hojas de la verja se separaron franqueándole el paso y penetró con su auto. Se detuvo ante la gran escalinata que daba acceso a la mansión y por ella descendía una mujer entrada en años elegante y muy bien vestida.

-Buenos días señor Delan, soy Betsy la madre de Margot, por favor sígame entremos en la casa amenaza lluvia y aquí suelen convertirse en tormentas peligrosas.

Entraron en el lujoso hall de la casa embaldosado con losas blancas y negras a modo de ajedrez, con una mesa de caoba en el centro, sobre la que reinaba un florero de porcelana china Ming con un hermoso ramo de rosas rojas dentro. Los tacones de aguja de la señora de la casa resonaron contra el embaldosado suelo y le llevaron hasta un gran despacho en la primera planta a la que accedieron por la escalera espiral que conducía a ella. Tras el sillón un varón elegante con la espalda recta esperaba al recién llegado.

-Señor Delan me han dicho que tiene algo de suma importancia que referirme, por favor acomódese y cuéntemelo.

-Verá señor Greene, su hija Margot pasa por unos momentos muy delicados y he pensado que querrían ayudarle a superarlos.

-¿Por qué razón no ha venido ella a pedir a sus padres esa ayuda?, ¿acaso es tan orgullosa que no se permite venir a pedirnos ayuda a sus padres?

-Señor su hija les quiere, fue secuestrada hace días no sabemos muy bien por quién y su novio, la logró rescatar pero cree que ustedes podrían correr peligro y ella podría ser raptada de nuevo.

-¿Y quién es usted?

-Soy Delan el ayudante personal y secretario del señor Harold el novio de su hija Margot.

-¿Y su novio tampoco ha podido venir en persona y le envía a usted?

-Oh no señor él no lo sabe ni ella tampoco pensé que tenía que hacer algo para ayudarles y vine.

-Tengo un par de cosas que decirle señor Delan, la primera me parece admirable su lealtad a su jefe y amigo y que desease ayudarles a ambos y la segunda que Margot fue siempre conflictiva rebelde…pero la queremos sin duda alguna, decidió valerse por sí misma y ya ve…no lo ha conseguido la admitiremos en casa de nuevo si lo desea pero cumpliendo nuestras normas. Dígaselo así de claro.

-Pero querido, -se quejó su esposa acariciando su hombro. -No, querida por tu condescendencia ha llegado a ser como es nuestra hija esta vez aprenderá a obedecer o no la admitiré en casa.

-Les agradezco su tiempo señores Greene, así se lo haré llegar.

Delan salió defraudado de aquella improvisada entrevista y una vez en casa se dispuso a decírselo a Margot.

-Verás he hablado con tus padres, creo que sé porqué huiste de casa despavorida pero ahora es momento de regresar por un tiempo al menos estarás más segura.

-¡Ay Delan!, no los conoces son, especialmente mi padre manipuladores, dictadores, siempre hay que hacer lo que ellos quieren. Pero una vez que he perdido a Harold ya nada me importa. Tampoco deseo ponerte en peligro y si me quedo lo haré, empaquetaré mis cosas e iré con ellos. Dile a Harold que siempre le amaré y que espero que jun día pueda perdonarme.

-Esto será un enfado de enamorados pasará ya lo verás Margot yo le convenceré. Lo vuestro merece la pena.

Margot por toda respuesta se echó a llorar desconsolada.

Margot se bajó del coche de Delan y caminó escaleras arriba volviendose para mirar a Delan y despedirse saludándole con la mano. Estaba de nuevo en aquella prisión terrible de la que ya no esperaba salir. Ellos decidirían todo en su vida que ya nunca sería feliz. Su madre estaba tan apenada como ella y tan sometida también.

-Bueno la hija pródiga regresa a casa…-le dijo socarronamente su padre para humillarla.

-Papá…

-Bueno ya sabes cuales son las normas de la casa supongo que no las has olvidado. Tu habitación esta limpia y lista para acomodarte en ella.

Margot asintió y subió hasta su antigua habitación. Todo seguía igual en efecto. El pajarito volvía a la jaula. Deshizo sus maletas y ordenó su ropa en el armario. Dejó un cuaderno el ordenador y un bolígrafo en su escritorio y abrió las cortinas del ventanal que daba a la fachada del edificio. Lloró y se limpió las tratando de adaptarse a su nueva, o mejor dicho vieja situación. Ya nada podróia evitar ser sometida a la voluntad el magnate de los campos de golf.

Por su parte Delan que no se había rendido, fue a visitar a Harold al Ritz. Había que resolver el caso y rescatar a Margot a ver cómo lo iba a hacer, no tenía ni idea.

-Harold ha sido excesivo tu comportamiento permíteme decírtelo.

-Ha sido duro ver que me ha ocultado su origen pudieron matarnos a los tres Delan y todo por no saber quién era…

-Ella ha tenido que volver con sus padres y no sabes como son, son de la vieja escuela machistas y dominadores será muy infeliz el resto de su vida Harold.

-Se lo ha ganado y no losiento la verdad estoy muy decepcionado.

-No digas eso te arrepentirás antes de lo que piensas.

-No sé estoy tan humillado…

-Tendrías que haber visto como lloraba como se despidió de mí, como si fuese a ingresar en prisión.

Harold sintió que algo se quebraba en su interior pero su ego de cristal no le permitía reaccionar adecuadamente.

Lejos de allí un hombre de aspecto duro esperaba atento al teléfono la llamada que no iba a recibir de su cómplice. El secuestro de Margot Greene había salido mal y no sabía si podrían volver a llevarlo a cabo. Nadie sabía por el momento cual era el objetivo real.

Benjamín Greene disfrutaba teniendo de nuevo bajo su control a su hija hacía tiempo que el hijo d ellos Rechield deseaba casarse con ella unirían a dos poderosas familias y las fortunas de ambos así que se dispuso a ablandar un poco a su hija Margot y convencerla de aceptar aquella propuesta. Llevaría su tiempo si, pero lo conseguiría con la inestimable ayuda de su esposa. Ella estaba sometida  su capricho desde que se casaron, la dejó bien claro quien mandaba y ella hubo de ceder.

Los jardines se veían hermosos los setos perfectamente recortados rodeaban geométricamente el edificio con formas bien diseñadas y en sus centros fuentes armoniosas dejaban salir chorrillos de agua. La señora Greene paseaba a diario por entre aquel laberinto de setos y parterres de flores y les daba instrucciones a sus jardineros. Desde la ventana de la tercera planta Benjamín Greene la observaba y pensaba en cómo podría convencerla para que le ayudase en su propósito. Su familia había perdido su fortuna hacía años y dependía de él para mantener su nivel de vida junto a él. Hacía tiempo que Betsy Greene no sonreía su vida era anodina y sin capacidad para decidir nada sobre sí misma. Margot bajó al jardín el criado le había comunicado el deseo de su madre de hablar con ella. La alcanzó en el laberinto del fauno, como lo denominaba la señora Greene. Era un seto con forma de espiral cuadrada y en el centro había un surtidor a flor de suelo y dos bancos uno frente a otro. Se sentó en uno y esperó a que su madre hablase.

                

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