—Esa chica falsa —miró disimuladamente, apuntándome con sus ojos. Seguí su mirada y me encontré con nada más y nada menos que Shantall Scort, sentada en la misma mesa que el profesor de literatura.
—Hay rumores… —Amira se inclinó un poco y, de manera confidencial, contó—. Algunos dicen que la chica viene a la biblioteca porque sabe que el profesor siempre está aquí en el descanso. La muy descarada piensa que fingiendo ser inteligente el profesor se fijará en ella.
—Es una cualquiera —agregué con desprecio.
—Lo sé. Estoy segura de que si mi perro le muerde un pecho… pobrecillo, moriría por ingerir plástico, ya sabes… —hizo una mueca, señalando sus pechos, por supuesto haciendo referencia a los implantes.
Solté una carcajada ante el comentario de Amira. Esta chica me agrada.
—Mujeres tenían que ser, siempre hablando mal de otras —dijo Jeremy, rodando los ojos.
—Tú cállate —lo calló la chiquita.
Seguimos leyendo y estudiando hasta que el timbre volvió a sonar indicando que