Un acuerdo con el nerd.
Un acuerdo con el nerd.
Por: An Dáv
capitulo 1 "Trato"

°Cosas Hechas°

Hacer un acuerdo con el Nerd ✓✓

Aprobar las materias✓✓

Recibir un auto nuevo✓✓

Ayudar al nerd a conseguir una cita con la chica más tonta y linda del colegio ✓✓

¿Hacerme amiga del nerd?✓✓

Embriagarme y contarle secretos ocultos a Jeremy "El nerd" ✓✓

Estrellar mi auto nuevo.✓✓

Enamorarme del nerd✓

¿Espera? ¿Que? ¿Enamorada?

No, claro que no, primero perro.

°Cosas por hacer°

Acostarme con...

—¿Qué haces? —preguntó Jeremy, provocando que casi me diera un infarto del susto. Me llevé una mano al pecho dramáticamente y dejé de escribir.

—Amm... Pues nada, solo hago la lista del supermercado —respondí un poco nerviosa.

—Ah, pues te ayudo, dame eso.

—¡Noooo!

En un movimiento de manos muy rápido, Jeremy me quitó la libreta de las manos y empezó a leer mi lista de logros.

Alzó una ceja y dijo:

—Emilia, sé que soy jodidamente sexy, pero no voy a acostarme contigo.

—¡No quiero acostarme contigo, Jeremy! Cielos, chico, no todo el mundo gira en torno a ti —aseguré cruzándome de brazos —. Y no eres jodidamente sexy.

Claro que no.

Eres rejodidamente sexy.

—Claro, claro... chica enamorada. —canturreó.

—¿De ti? —bufé—. Claro.

Alzó una ceja.

— Nunca dije que fuera de mí

M****a

En un movimiento realmente rápido, caminó hacia mí y acercó su rostro al mío, casi hasta que nuestras narices se rozaron. Lo miré fijamente y tragué saliva.

—Qué mal, Em, porque yo sí me siento enamorado —dijo con voz ronca, para después depositar un beso en mi mejilla.

—No me gustas —aseguré, aclarando la voz.

—Nunca dije que fuera de ti, Ardilla —soltó una fuerte carcajada y me dió la espalda para dirigirse a la cocina.

Lo ví desaparecer por la puerta mientras pensaba: creo que le he enseñado demasiadas cosas a este niño niño".

Lo que dicen de el alumno supera al maestro... es cierto.

[... ]

capitulo 1

Me dirijo hacia la cafetería del instituto con un solo propósito: un plan que llevo pensando desde que inició la semana. Entro y enseguida busco con la mirada a mi objetivo. Pronto lo encuentro, sentado en una mesa solo y con un libro entre las manos.

Camino hacia su mesa y me siento frente a el, ignorando las miradas curiosas de los estudiantes. Dejo caer mi mochila sobre la mesa, haciendo ruido para atraer su atención.

El levanta la mirada, me

examina un segundo y vuelve al libro.

—Necesito tu ayuda —dije, mirándolo fijamente, tratando de intimidarlo.

Ni siquiera levantó la cabeza, pero pude ver cómo arqueaba una ceja.

—Tengo que aprobar los siguientes exámenes —continúe, y entonces me miró por un momento—, ya que si lo hago, mamá me comprará un auto.

—Estudia —respondió

Gruñí.

—Yo no entiendo nada. Necesito que tú me ayudes a estudiar. Eres el más inteligente y quién lleva las notas más altas. ¡Ayúdame!

Cerró el libro y lo dejó sobre la mesa. Se recostó un poco en la silla, cruzando los brazos.

—¿Por qué debería hacerlo?

—¿No es obvio? —pregunté— Pues porque eres el nerd. Eso hacen en las películas, ¿no?

En las películas, el chico o la chica nerd ayudan a los populares a pasar su exámenes... y luego se enamoran y bla, bla, bla. Bueno, dejando fuera lo del enamoramiento y lo de popular— ese era en nuestro caso—.

—No lo haré —respondió, totalmente convencido.

Sonreí de lado.

Ya me lo esperaba.

—¡Soy una genio! —exclamé.

El me miró confundido

—Mira, Jeremy, no quería llegar a esto, pero ya sabía que dirías que no, y fue por eso que... —saqué mi teléfono del bolsillo— tomé cartas en el asunto.

Desbloqueé el celular, busqué una foto y se la mostré.

—¿Cómo conseguiste esa foto? — preguntó en un hilo de voz.

—Un mago jamás revela sus secretos, bebé —le guiñé un ojo—. ¿Cuál crees que será la reacción de Eliz cuando se entere que cierto chico nerd tiene un altar de ella en su casillero? —Lo miré indignada—. ¿En serio estás enamorado de esa tonta?

No me contestó así que seguí hablando:

—Mira que para tener fotos de ella y su nombre escrito en el interior de tu casillero y tus libretas —silbé— de verdad estás muy clavado con ella.

Silencio.

El suspiró.

—Puedo acusarte por violar mi privacidad y mi casillero.

—Yo no violo casilleros, niño. Yo violo chicos lindos —solté una risa por mi ocurrencia—. Pero hazlo si quieres, acúsame, no me importa —me encogí de hombros—. Solo que supongo que ahora todo el instituto va a tener algo nuevo de que chismorrear.

¡Sí, punto para Emiliana!

Nos miramos fijamente durante 3 minutos.

¡Los ojos empezaban a arder!

El suspiró y bajó la mirada.

¡Sí, yo gané! ¡Me arden los ojos!

—¿Tu casa o la mía?— preguntó finalmente.

—Mi casa —respondí, sonriendo de oreja a oreja—. Será más cómodo.

Él suspiró pesadamente.

—Está bien —aceptó al fin. Su cara demostraba incomodidad.

—¡Oh, vamos, viejo! —estiré mi brazo para darle un leve golpe en el hombro. Hizo una mueca—. No diré nada —agregué, alzando las manos en señal de inocencia.

Me miró incrédulo.

—Para que veas que soy buena persona —dije, agitando las pestañas de forma exagerada—. Te propongo un nuevo trato.

—¿A qué te refieres con “un nuevo trato”? —preguntó, entornando los ojos y clavando su mirada en la mía.

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