Capítulo 95

El aniversario del Grupo Rossy era, año tras año, uno de los eventos más esperados en el mundo empresarial. No se trataba solo de una celebración: era un escaparate de poder, un terreno fértil para alianzas, inversiones y pactos secretos. Los invitados acudían vestidos con sus mejores galas, ansiosos de codearse con los magnates que marcaban el rumbo de la economía. La ostentación en el salón era tal que incluso los más acaudalados se sentían pequeños frente al imperio que los Rossy habían levantado.

La familia entera debía presentarse en el salón. Desde el patriarca —el abuelo de Marco, fundador del Grupo— hasta los primos más lejanos. Esa era una de las normas inquebrantables: la unidad familiar, mostrada ante los ojos del mundo.

Nara sintió la presión de ese ambiente desde el momento en que cruzó la entrada. A pesar del vestido elegante que Marco había mandado a preparar especialmente para ella, no podía evitar sentir que cada mirada que se posaba en su figura la eva