Capítulo 86
Nara se subió al auto deportivo negro de Leo, sorprendida por la rapidez con que había llegado. Se suponía que quien vendría a buscarla era Lina, pero un contratiempo en la revista la había retenido. Lina le había llamado hacía quince minutos para explicarle que Leo la recogería en su lugar y, con la delicadeza que lo caracterizaba, se había ofrecido incluso a acompañarla al hospital.
– Lo siento por molestarte… podía haber tomado un taxi, pero Lina cree que es demasiado trabajo – se disculpó Nara, ajustándose en el asiento mientras sus manos rozaban, sin querer, el cuero cálido del interior del vehículo.
Leo sonrió brillantemente, una de esas sonrisas que iluminaban incluso los rincones más sombríos de su corazón.
– Para mí es un honor venir a buscarte. Tengo que llevarte al hospital y quedarme contigo hasta que termine tu chequeo – le informó, su voz profunda acariciando sus oídos. – Esa fue la orden de mi hermana – agregó con suavidad, asegurándose de que Nara no se sin