Capítulo 83
Había pasado una semana desde que Nara había dejado la casa de Marco. Se había concentrado en intentar acomodar su vida. Ese día había previsto encontrar un departamento en el centro; había vendido el suyo con la intención de irse al campo. Sin embargo, después de lo que había sucedido, su decisión había cambiado: al menos hasta que diera a luz y terminara el tratamiento de Andrea sería mejor quedarse en la ciudad.
Nara entró en la oficina de Leo. A pesar de ser el heredero de toda la fortuna de su familia, él había creado su propio negocio, igual de rentable que la empresa familiar. No la estaba esperando, pero la recibió de inmediato.
—¿Qué te trae por aquí? —le preguntó con una sonrisa cuando ella entró en su oficina.
—Me siento avergonzada por lo que sucedió hace unos días —respondió Nara.
—No tienes que sentirte avergonzada; las mujeres se ven lindas cuando lloran —bromeó Leo. Nara agradeció que no preguntase nada más—. Pero estoy seguro de que no viniste a decirme es