Aleksander acarició la mano de su Omega con suavidad, mientras Jayden sollozaba por miedo a perder a su bebé.
Su embarazo no era estable, al menos no todavía. Debía esperar hasta que llegar a los tres meses para que su embarazo fuera estable, pero solo entraría al primer mes dentro de una semana.
— No quiero perderlo, alfa — sollozo el Omega mirando al alfa. Aleksander dejó un beso en su frente y lo abrazo, por dentro su lobo amenazaba con destruir a todo aquel que se había atrevido a intentar ponerle una mano encima a su omega.
Quería asesinarlos, destruirlos. Sobre todo porque habían tocado a su omega, y no sólo lo habían herido, sino que también habían herido a su cachorro.
¿Como se atrevian a hacerlo?
Jayden sollozaba mientras el médico lo revisaba, tenía miedo, mucho miedo. No quería perder a su bebé, no después de todo lo que habían sufrido. Ese bebé había llegado para darles tranquilidad, alegría, paz, todos estaban ansiosos por la llegada de ese bebé, y eso que ni siquiera