— Alice... — la joven omega de dieciséis miro su derecha y sonrió al ver al alfa de cabello chocolate. — Te ves preciosa, mi bella dama — la elogió el alfa mirando a la joven parado frente a él.
— Mi padre fue el que me lo regalo ¿Me queda bien? — pregunto con una sonrisa.
— Te queda hermoso. — ella sonrió y se acercó al alfa quien extendió su mano, ella aceptó gustosa — ¿Lista para ser mi acompañante esta noche? — le preguntó sonriente y ella asintió.
Ella y Danil bajaron a la primera planta donde se llevaria a cabo la fiesta de cumpleaños número veinte del alfa. Cuando bajaron las escaleras, la pareja recibió aplausos y sonrisas, pues todos estaban acostumbrados a ver a la pareja pegados unos a otros. A pesar de que ellos afirmaban que no eran nada. Varios podían asegurar que el amor y la atracción existía en ambos, pues aquellas miradas dulces, tiernas. Aquellos roces discretos, esas risas y sonrisas compartidas, no pasaban por desapercibidas para nadie.
Danil saludo a todos lo