Cada vez que Andrés aparecía, en realidad no traía buenas noticias. Luna se preocupaba muchísimo de que Andrés volviera a hacer algo turbio ocultándola.
Después de administrarle con cuidado la medicina, Andrés la vistió con ropa limpia y le dijo:
—Volveré muy pronto.
Desechó el hisopo usado en el bote de basura, y le preparó un vaso de agua en la mesita de noche. Después de terminar todo ese procedimiento salió de la habitación. Álvaro le entregó el documento y le informó de inmediato:
—Cuando estaba a punto de regresar, me encontré justo con María en la mansión de la familia Sánchez. Me dijo que necesitaba entregarte personalmente ese contrato de la antigua mansión y eso fue tu orden.
Andrés verificó muy bien el documento:
—Buen trabajo. Después de ese asunto, te daré unas merecidas vacaciones de tres semanas. Ahora tienes que hacer una última cosa por mí.
Álvaro afirmó:
—Claro, dime, jefe.
Un fuerte destello muy frío cruzó rápidamente la mirada de Andrés:
—Quiero que arregles por com