Hoy Luna estaba de muy buen humor. Se dirigió con rapidez a la cocina, se puso un delantal y sacó ingredientes del refrigerador para preparar el pastel.
Liora se acercó con cariño:
—¿Necesitas ayuda? —preguntó.
Luna la rechazó amablemente:
—No, gracias. He hecho esto varias veces, ya sé cómo hacerlo. Liora, ve y ocúpate de otras cosas.
—Bien, si necesitas algo, avísame. —dijo Liora antes de retirarse.
—Claro. —afirmó Luna.
Preparar pastel de castañas no era complicado. Isabel entró y, viendo a la persona ocupada, preguntó muy curiosa:
—Luna, ¿cuándo aprendiste a hacer pastel de castañas? ¿Podrías enseñarme?
—Liora me enseñó esto también. Si quieres aprender, te daré la receta y te mostraré como hacerlo. No es tan difícil. —respondió Luna mientras trituraba las castañas ya cocidas.
—¡Perfecto! Mientras tanto, estaré aquí mirándote detenidamente. Vi a Gabriel y los demás charlando, y como no entiendo lo que dicen, pensé en venir a verte. ¿Necesitas ayuda con algo?
Luna dijo:
—Entonces, a